La organización panárabe impone duras sanciones al régimen de Bashar al Asad
La Liga Árabe se sube al carro de los países e instituciones que han impuesto sanciones a Siria. El régimen de Bashar al Asad se negó a permitir que un grupo de observadores de la organización panárabe se internaran en su país para analizar la situación desde dentro y marcar las pautas a seguir para llegar al fin del conflicto. Por ello, la Liga Árabe ha optado por aislar aún más al régimen alauí a base de sanciones económicas.
Las sanciones incluyen suspender todas las transacciones con el Banco Central sirio, prohibir a los dirigentes sirios viajar a otros países árabes, congelar sus fondos en estos estados y paralizar las inversiones que los miembros de la Liga tengan previstas en Siria. El comercio también se verá frenado, aunque exceptuando los bienes de primera necesidad para la población. Los bancos centrales árabes deberán vigilar todas las operaciones que tengan como destino Siria, y permitir solo las transacciones de trabajadores sirios residentes en el extranjero a sus familiares en el país.
Todas estas sanciones serán aplicadas de inmediato, pero hay otras que permanecen aún en el tintero. Es el caso de la cancelación de cualquier vuelo entre Siria y los países de la Liga Árabe. Esta medida requiere una revisión porque la organización considera que castigaría demasiado a la población civil.
Ahogo económico
Las medidas adoptadas tienen por objetivo estrangular económicamente al régimen de Bashar al Asad para que ceda a las presiones internacionales. También se verá afectada directamente la burguesía, simpatizante habitual del Gobierno sirio. La Liga Árabe pretende así que los comerciantes retiren su apoyo a al Asad cuando vean sus negocios directamente afectados por las sanciones. La economía siria se encuentra aislada por casi todos los flancos. Según el Fondo Monetario Internacional, sufrirá una recesión del 2% este año. El ministro sirio de Economía, Mohamed Nidal el Shaar, reconoce la situación: “Esta no es una crisis fácil. Es la peor de nuestra historia, porque afecta directamente al ciudadano sirio; afecta a la calle, a las fábricas, a la comunidad empresarial”, manifestó. A pesar de esta afirmación del pésimo estado del país, el Gobierno no cede y los muertos siguen aumentando cada día que pasa. Según la ONU, más de 3.500 personas han fallecido desde que la revuelta dio comienzo en el mes de marzo.
Líbano e Irak, aliados de Damasco
Esta es la primera vez que la Liga Árabe sanciona económicamente a uno de sus miembros (es más, a un miembro fundador como es Siria). Y lo hizo casi por unanimidad. Solo Líbano e Irak se abstuvieron en la votación. Por un lado, en Líbano el mayor peso de gobierno lo tiene el partido-milicia chií Hezbolá, importante aliado de Damasco. En cambio, el partido del ex primer ministro libanés Saad Hariri, Coalición Futuro, es de ideología suní y ha impulsado manifestaciones en contra de al Asad y, por tanto, en contra de Hezbolá. Hay que recordar que cuatro dirigentes del partido-milicia han sido imputados por la ONU por haber, supuestamente, asesinado a Rafik Hariri, padre de Saad, para hacerse con el Gobierno. Por otra parte, Irak también cuenta con un importante porcentaje de población chií, afín con el Gobierno sirio (que es de tendencia alauí, una rama del chiismo) y es el segundo socio comercial de Siria tras la Unión Europea. Siria comparte frontera con estos dos países que no acatarán el dictamen de la Liga Árabe, lo que le dará un pequeño respiro a la hora de hacer frente al bloqueo comercial. En el eje opuesto se encuentran los estados árabes suníes, encabezados por Arabia Saudí, EEUU, la UE, Turquía o Israel. El Estado judío pretende romper la conexión Irán-Hezbolá, cuyo nexo de unión es Siria.
El Gobierno sirio ha calificado de “traición” la decisión de la Liga Árabe y acusa a la organización de violar su soberanía. El régimen también denuncia que las potencias extranjeras están impulsando la revuelta ciudadana. Al Asad se mantiene en sus trece y ha asegurado que las fuerzas de seguridad seguirán combatiendo a la oposición, a los que califica de “terroristas”. “No habrá tolerancia con ellos, les seguiremos a todas partes”, sentenció el presidente. Así parece difícil que se pueda llegar a una resolución rápida y pacífica del conflicto.
La Liga Árabe retirará las sanciones impuestas contra Siria si el régimen baazista accede a que sus observadores entren en el país.