domingo, 4 de marzo de 2012

¿Qué le pasa a Rusia por la cabeza?

Las razones por las que Moscú se niega a condenar a Siria

¿Por qué Rusia no permite a la comunidad internacional intervenir, no necesariamente de con medios militares, en Siria? Rusia, con el apoyo de China, ha vetado en el Consejo de Seguridad de la ONU varias resoluciones condenatorias sobre el régimen de Bashar al Asad alegando que quiere “respetar la soberanía Siria”. Moscú también exige que se equipare la condena a la violencia perpetrada por las fuerzas de seguridad (Ejército, mujarabat,…) y por la oposición. ¿Se sostienen estos argumentos? ¿Son los motivos reales de Moscú? Si no es así, ¿qué se esconde detrás del pensamiento del Kremlin? 

El presidente sirio, Bashar al Asad visitó Moscú en diciembre de 2006 (Foto: AFP)

1. La lección que dejó tras de sí la intervención en Libia y la resolución 1973. Rusia se abstuvo en la votación a favor de la creación de una zona de exclusión aérea sobre Libia en pos de la protección de la población civil. De esta forma, los aviones de la OTAN bombardearon a las tropas de Muamar al Gadafi y permitieron que la contienda se inclinara del lado de los rebeldes. Rusia considera que las operaciones llevadas a cabo en el país magrebí se excedieron de lo previamente pactado en la resolución de Naciones Unidas. Además, la permisividad de Moscú no le ha permitido sacar tajada en la nueva Libia. Al contrario: Trípoli ha señalado que los contratos firmados con Rusia y China (que también se abstuvo en la votación de la ONU) tienen grandes posibilidades de cancelarse porque estos dos países no participaron activamente en la lucha contra Gadafi. 

2. Acuerdos comerciales con Damasco. Moscú es el principal suministrador de armas a Siria. 

3. Siria era un país protegido por la URSS en tiempos de la Guerra Fría, a pesar de que en varias ocasiones Damasco basculó más hacia Estados Unidos que hacia Moscú. La Unión Soviética proveía de armamento a Damasco para intentar equiparar fuerzas entre el Ejército sirio y el israelí (ésta era la doctrina de Hafez al Asad, padre de Bashar: intentar estar a la altura del poderoso ejército de Tel Aviv no para comenzar una guerra, sino para ejercer presión sobre Israel. No lo consiguió). Siria era la baza de Rusia para enfrentarse a Estados Unidos (representado por Israel) en Oriente Próximo. Ahora, a Rusia solo le queda Damasco para ejercer su influencia en Oriente Medio. 

4. El puerto de Tartus, al noroeste de Damasco, es la única base naval rusa en el Mediterráneo. Fue construida durante la Guerra Fría. 

5. Crear problemas a Occidente, sobre todo a Estados Unidos. Es una continuación en forma de pataleta de la Guerra Fría. Rusia quiere marcar territorio en el panorama internacional diferenciándose de su antiguo rival. 

6. Denunciar al Gobierno de Damasco por totalitario y violento sería condenarse a sí mismo. Rusia no es un país propiamente totalitario, pero la definición de Gobierno que tiene Vladimir Putin no es el más ejemplificativo de la democracia. Por eso, si Moscú condena la falta de libertades siria, ¿con qué poca vergüenza se enfrentaría Putin a sus ciudadanos? Hay que tener en cuenta que hoy, domingo 4 de marzo, se celebran elecciones presidenciales en Rusia. Todo apunta a que Putin saldrá elegido presidente, cargo que ya ejerció hace cuatro años (el mandatario ha desempeñado funciones de primer ministro durante los últimos cuatro años, y antes estuvo ocho como presidente). Por eso, quizá, una vez conseguido el objetivo de ganar las elecciones, la opinión de Moscú respecto a la crisis siria cambie. Los intereses rusos siguen detrás del apoyo a Bashar al Asad, pero Moscú no puede perder la poca credibilidad que le queda en el panorama internacional apoyando para siempre la masacre siria. El problema para el Kremlin es que, aunque finalmente ceda a las pretensiones mayoritarias de la ONU, siempre se le verá como el principal sustento de Bashar al Asad por haber permitido que el dirigente baazista haya asesinado impunemente a más de 7.500 personas, según las últimas cifras publicadas por Naciones Unidas.

2 comentarios:

  1. Perfecto artículo, sin más. Rusia ahora mismo representa todos los valores que no debería tener ningún país y por supuesto ninguna persona:

    - Egoísmo (Quiere que se mantenga en pie su venta de armas y sus relaciones en oriente)

    - Rencor (no me puedo creer que todavía se la tengan jurada a EEUU...la herida de la Guerra Fría ya cerró y no se tiene porque recordar)

    - Especulación (¿qué pasa? ¿no condenas la falta de derechos porque si no, no vas a salir elegido en las próximas elecciones?...¿y el precio que hay que pagar por estar en el gobierno es la vida de 7500 personas (y más)?)

    Hoy han salido el resultado de las elecciones creo, no se que habrá pasado al final, pero he visto a Putin llorando y no era precisamente de felicidad. De todas formas, Rusia tiene buena parte de culpa, pero China esta apoyándolos...

    Fdo: Rub_Na

    P.D. genial el artículo, me encanto.

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  2. Putin sí que lloraba de felicidad, ha ganado con más del 60% de los votos. Ahora subo un artículo sobre el tema.

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